martes, 14 de junio de 2016

LAS TRES COSAS QUE KARDEC PROHIBIÓ


Compartimos el artículo “Las Tres Cosas que Kardec Prohibió”, del Hno. en el Ideal Ubaldo Rodríguez de Ávila, publicado en el Cuaderno de Apuntes Espíritas - Estudios Psicológicos, que edita el C.E.E. Francisco de Asís, de Santa Marta, Colombia.
 
 LAS TRES COSAS QUE KARDEC PROHIBIÓ
Bien sabemos que la Doctrina Espírita es una filosofía abierta, que en materia de moralidad nada prohíbe, más bien deja la libertad de actuación de todos sus adeptos, porque no fuerza las consciencias en la transformación, que la comprende como un asunto individual. Es por esto que debemos hacer una distinción fundamental entre dos posturas: 1) La Doctrina Espírita y 2) el Movimiento Espírita. La primera se refiere al Espiritismo propiamente dicho, es decir, al conjunto de postulados y leyes que los Espíritus presentaron a la humanidad y aún siguen haciéndolo. La segunda idea, sobre el Movimiento Espírita, se comprende como la fuerza organizativa, estructurada en grupos humanos, civiles y legales de conformidad a las normas establecidas en las sociedades donde se encuentren ubicados los grupos de personas que se unen para formar el movimiento, con el objetivo de divulgar y practicar la Doctrina Espírita.
Entendido lo anterior, podemos establecer una diferencia fundamental entre Movimiento y Doctrina. La Doctrina es de los Espíritus, mientras el Movimiento organizado es de los hombres, por tanto no está excepto de imperfecciones, por cuanto la naturaleza humana es imperfecta. La Doctrina Espírita en sus bases fundamentales está formada en las obras básicas y subsidiarias que Allan Kardec compiló, organizó y publicó, bajo la orientación permanente de los Espíritus superiores. El Movimiento Espírita está organizado por Grupos, Centros, Asociaciones, Sociedades, Federaciones, Confederaciones, Consejos Internacionales, que se van jerarquizando como forma de dar un orden y propender por la unión y unificación de los objetivos de la Doctrina Espírita entre todas las agrupaciones de espiritistas en el mundo.
 El presente artículo, no va a tratar sobre aspectos directamente relacionados a la Doctrina de los Espíritus y sí al Movimiento de los hombres. Será más un artículo de reflexión que de elaboración conceptual, y como toda reflexión, se harán preguntas que no necesariamente iremos a responder elaboradamente, pues la intención es que nuestro lector elabore sus propias respuestas. Ahora bien, haciendo la diferenciación entre Doctrina y Movimiento, queremos dejar claro la premisa fundamental con la que parte nuestro análisis presente, y es la siguiente: El Movimiento Espírita en todas sus dimensiones y jerarquizaciones, desde grupos familiares hasta los Consejos Internacionales, deben propender , por mantener claros y vivos todas las consecuencias derivadas de los postulados de la Doctrina Espírita (consecuencia que es pura y sencillamente, moral).
Vamos ahora a lo concreto de nuestro título: En el capítulo XXX de El Libro de los Médiums, Allan Kardec presenta el Reglamento de la Sociedad Parisiense de Estudios Espíritas, la cual fue fundada por él mismo y sus compañeros de Doctrina el 1º de abril de 1858 (un año después de que surgiera el Espiritismo en la humanidad). Al presentar ésta normatividad, Allan Kardec deja claro en la nota de ese capítulo de El Libro de los Médiums, que tal reglamento no es una ley absoluta, no obstante es una forma de facilitar la organización de las sociedades que se quieran formar en torno del Espiritismo. No es de discusión la idea de que las normas cambian, y que la sociedad y normas de París de hace más de 150 años no son las mismas que las de la sociedad Americana (del norte, centro y sur) de hoy día. No obstante, las medidas de orden, de preservación y de regularidad de las actividades de todo grupo espírita deben darse en todas las épocas y sociedades de la humanidad, bajo una normatividad clara y precisa que guíen los comportamientos sociales, y no solo individuales. Es así que en el capítulo I, sobre los fines y constitución de la Sociedad Espírita, en el artículo primero, Allan Kardec escribe: La sociedad tiene por objeto el estudio de los fenómenos relativos a las manifestaciones espíritas, así como su aplicación a las ciencias morales, físicas, históricas y psicológicas. Están prohibidas en ella las cuestiones políticas, las de controversia religiosa y las de economía social. Adopta por nombre: Sociedad Parisiense de Estudios Espíritas.
El Espiritismo no prohíbe nada, más en la Sociedad Espírita, Allan Kardec prohíbe de forma clara y explícita estos tres elementos. Por qué será?
 
Se Prohíben las Cuestiones Políticas.
 
Objetivamente (y desde una posición neutral y optimista) Política es el arte, doctrina u opinión referente a los gobiernos de los estados; es una ciencia social que estudia el poder de los estados y gobiernos; es también la aplicación o ejercicio del poder en busca del bien común. No obstante lo anterior, la política hoy como en todos los tiempos, es la manifestación de los más excéntricos comportamientos dirigidos hacia la satisfacción del más puro egoísmo, disfrazado con discursos altruistas y sobreexaltando la desfachatez y las más bajas pasiones (con muy raras excepciones).
Será que la práctica de los políticos en la política concuerda con la práctica de las más pura moral?
Siendo el hombre un Ser Social, es un Ser político también. Habrá en los Centros espíritas, Asociaciones, etc., negociaciones políticas donde prevalecen los intereses personales por encima de los intereses generales y doctrinarios?
Tendremos aún en las instituciones espíritas las prácticas políticas democratizadas o tiranizadas donde las leyes estatutarias de normas civiles (la letra que mata) se antepone por encima de las normas morales (del Espíritu que vivifica)?
Cuántas veces hemos Politizado nuestras reuniones espíritas, al contrario de moralizarlas, principalmente las organizativas?
Cuántas veces hemos estado más atentos a la formación de excelentes oradores, conferencistas o expositores, que encanten a las masas con discursos prefabricados como hacen los políticos con su oratoria, que a la formación de verdaderos cristianos?
El espiritista respeta la política, pero ya no politiza su conducta, ni dentro ni fuera de su Centro Espírita.
 
Se Prohíben las Controversias Religiosas.
 
Hoy sabemos que “religión”, desde un punto de vista humano, es un sistema cultural de comportamientos y prácticas, cosmovisiones, ética y organización social que relaciona la humanidad a una categoría existencial, que va más allá de lo humano. Es relacionada a un sistema igualmente ritualístico, jerarquizado, de preferencias, de dogmas y de imposiciones. Hoy entendemos que las instituciones religiosas han hecho daño, y que su función consoladora no es realizada convenientemente.
Cuantos de nuestros comportamientos en nuestras instituciones espíritas se asemejan a comportamientos de ritualismos religiosos de antaño?
La jerarquización organizativa y legal de funcionamiento estructural de las sociedades o grupos espíritas se han entendido como jerarquizaciones eclesiásticas?
Las discusiones sanas para profundizar puntos de vista doctrinarios han desaparecido de nuestros Centros Espíritas para evitar la supuesta desarmonización de los ambientes, cuando en realidad son reminiscencias inconscientes de expresiones eclesiásticas, al querer imponer las interpretaciones de aquellos autorizados de transmitir la verdad?.
No habremos reemplazado las iniciaciones de elegidos y escuelas eclesiásticas, por las escuelas de médiums, de trabajadores, donde los tiempos y plazos fijos prevalecen por encima de las cualidades morales y la disposición por el servicio?.
Será que los Centros Espíritas hoy son tratados más como iglesias que como lugares de estudio y de formación moral, donde se reemplazó el agua bendita por la fluidificada, la bendición por el pase, el exorcismo por la desobsesión, la confesión por la atención fraternal?
Se Prohíben las Cuestiones de Economía Social.
 
Si un Centro Espírita no tiene el suficiente número de adeptos convencidos para sostener sus gastos normales con sus aportes desinteresados y voluntarios, es mejor que cierre sus puertas y no mercadear con las cosas espirituales. Es mejor adecuar las instalaciones con sencillez que definir un sistema de captación económica que desvirtúen los principios doctrinarios. Una vez vi en un Centro Espírita que después de finalizar la charla y antes del Pase, un dirigente pasaba una bolsa puesto por puesto para que cada quien aportara una “limosna”.
La economía social o llamada también del Tercer Sector, está en medio (por decirlo así) entre la economía del sector privado o capitalista y la del sector público. Si bien los Centros Espíritas adquieren vida jurídica con denominaciones del sector social o solidario (como por ejemplo Asociaciones) éstas no deben participar en el mercado convencional de éste sector de la economía, y mucho menos permitirse el mercadeo de las cosas de la doctrina.
Cuántas veces hemos dado prioridad a la captación de recursos económicos para la Casa Espírita cobrando por actividades doctrinarias, cuando la prioridad debería ser la divulgación y el consuelo? Acaso ésta no es una forma de mercadear con las cosas de la espiritualidad?.
Cuántas veces hemos convertido los eventos públicos del Espiritismo en pasarelas de la vanidad y del buen vestir?
Nos hemos preguntado, cuántas personas deseosas de escuchar una conferencia esclarecedora no han podido entrar a los sitios exclusivos por falta del recurso económico para pagar la entrada? Acaso las “verdades del reino de Dios” son elaboradas por los hombres? Acaso la propuesta del Evangelio, “dad de gratis lo que de gratis recibís”, se aplica solo a la mediumnidad?
Será que el Espiritismo lo hemos elitizado (relativo a lo élite) suponiendo que así lo estamos subiendo de categoría, mientras que nuestra categoría espiritual sigue estancada, y mientras más necesitados se quedan por fuera de los Centros Espíritas?. Será que estamos confundiendo el discurso espírita con el trabajo espírita?.
Cuántas veces hemos visto en los frecuentadores de los Centros Espíritas una clientela potencial para los negocios de moda?
Cuántas veces hemos supuesto que los Centros Espíritas deben manejarse como une empresa?
Mi querido amigo, que será lo que quería dejarnos entrever Kardec con estas tres prohibiciones para los Centros Espíritas?:
…Están prohibidas en ella las cuestiones políticas, las de controversia religiosa y las de economía social.
Será que no solo contrevertimos, si no que adoptamos sutiles comportamientos de políticos, religiosos o empresarios, más que de verdaderos cristianos?
 
UBALDO RODRÍGUEZ DE ÁVILA