Compartimos el artículo “Las
Tres Cosas que Kardec Prohibió”, del Hno. en el Ideal Ubaldo Rodríguez de
Ávila, publicado en el Cuaderno de Apuntes Espíritas - Estudios Psicológicos,
que edita el C.E.E. Francisco de Asís, de Santa Marta, Colombia.
LAS TRES COSAS QUE KARDEC PROHIBIÓ
Bien sabemos que la Doctrina Espírita es una
filosofía abierta, que en materia de moralidad nada prohíbe, más bien deja la
libertad de actuación de todos sus adeptos, porque no fuerza las consciencias
en la transformación, que la comprende como un asunto individual. Es por esto
que debemos hacer una distinción fundamental entre dos posturas: 1) La Doctrina
Espírita y 2) el Movimiento Espírita. La primera se refiere al Espiritismo
propiamente dicho, es decir, al conjunto de postulados y leyes que los
Espíritus presentaron a la humanidad y aún siguen haciéndolo. La segunda idea,
sobre el Movimiento Espírita, se comprende como la fuerza organizativa,
estructurada en grupos humanos, civiles y legales de conformidad a las normas
establecidas en las sociedades donde se encuentren ubicados los grupos de
personas que se unen para formar el movimiento, con el objetivo de divulgar y
practicar la Doctrina Espírita.
Entendido
lo anterior, podemos establecer una diferencia fundamental entre Movimiento y
Doctrina. La Doctrina es de los Espíritus, mientras el Movimiento organizado es
de los hombres, por tanto no está excepto de imperfecciones, por cuanto la
naturaleza humana es imperfecta. La Doctrina Espírita en sus bases
fundamentales está formada en las obras básicas y subsidiarias que Allan Kardec
compiló, organizó y publicó, bajo la orientación permanente de los Espíritus
superiores. El Movimiento Espírita está organizado por Grupos, Centros,
Asociaciones, Sociedades, Federaciones, Confederaciones, Consejos
Internacionales, que se van jerarquizando como forma de dar un orden y
propender por la unión y unificación de los objetivos de la Doctrina Espírita
entre todas las agrupaciones de espiritistas en el mundo.
El
presente artículo, no va a tratar sobre aspectos directamente relacionados a la
Doctrina de los Espíritus y sí al Movimiento de los hombres. Será más un
artículo de reflexión que de elaboración conceptual, y como toda reflexión, se
harán preguntas que no necesariamente iremos a responder elaboradamente, pues
la intención es que nuestro lector elabore sus propias respuestas. Ahora bien,
haciendo la diferenciación entre Doctrina y Movimiento, queremos dejar claro la
premisa fundamental con la que parte nuestro análisis presente, y es la
siguiente: El Movimiento Espírita en todas sus dimensiones y
jerarquizaciones, desde grupos familiares hasta los Consejos Internacionales,
deben propender , por mantener claros
y vivos todas las consecuencias derivadas de los postulados de la Doctrina Espírita
(consecuencia que es pura y sencillamente, moral).
Vamos ahora a lo concreto de nuestro título:
En el capítulo XXX de El Libro de los Médiums, Allan Kardec presenta el
Reglamento de la Sociedad Parisiense de Estudios Espíritas, la cual fue fundada
por él mismo y sus compañeros de Doctrina el 1º de abril de 1858 (un año
después de que surgiera el Espiritismo en la humanidad). Al presentar ésta normatividad,
Allan Kardec deja claro en la nota de ese capítulo de El Libro de los Médiums,
que tal reglamento no es una ley absoluta, no obstante es una forma de
facilitar la organización de las sociedades que se quieran formar en torno del
Espiritismo. No es de discusión la idea de que las normas cambian, y que la
sociedad y normas de París de hace más de 150 años no son las mismas que las de
la sociedad Americana (del norte, centro y sur) de hoy día. No obstante, las
medidas de orden, de preservación y de regularidad de las actividades de todo
grupo espírita deben darse en todas las épocas y sociedades de la humanidad,
bajo una normatividad clara y precisa que guíen los comportamientos sociales, y
no solo individuales. Es así que en el capítulo I, sobre los fines y
constitución de la Sociedad Espírita, en el artículo primero, Allan Kardec
escribe: La sociedad tiene por objeto el estudio de los fenómenos relativos
a las manifestaciones espíritas, así como su aplicación a las ciencias morales,
físicas, históricas y psicológicas. Están prohibidas en ella las cuestiones
políticas, las de controversia religiosa y las de economía social. Adopta por
nombre: Sociedad Parisiense de Estudios Espíritas.
El Espiritismo no prohíbe nada, más en la Sociedad
Espírita, Allan Kardec prohíbe de forma clara y explícita
estos tres elementos. Por qué será?
Se Prohíben las Cuestiones Políticas.
Objetivamente (y desde una posición neutral y
optimista) Política es el arte, doctrina u opinión referente a los gobiernos de
los estados; es una ciencia social que estudia el poder de los estados y
gobiernos; es también la aplicación o ejercicio del poder en busca del bien
común. No obstante lo anterior, la política hoy como en todos los tiempos, es
la manifestación de los más excéntricos comportamientos dirigidos hacia la
satisfacción del más puro egoísmo, disfrazado con discursos altruistas y
sobreexaltando la desfachatez y las más bajas pasiones (con muy raras
excepciones).
Será que la práctica de los políticos en la
política concuerda con la práctica de las más pura moral?
Siendo el hombre un Ser Social, es un Ser
político también. Habrá en los Centros espíritas, Asociaciones, etc.,
negociaciones políticas donde prevalecen los intereses personales por encima de
los intereses generales y doctrinarios?
Tendremos aún en las instituciones espíritas
las prácticas políticas democratizadas o tiranizadas donde las leyes
estatutarias de normas civiles (la letra que mata) se antepone por encima de
las normas morales (del Espíritu que vivifica)?
Cuántas veces hemos Politizado nuestras
reuniones espíritas, al contrario de moralizarlas, principalmente las
organizativas?
Cuántas veces hemos estado más atentos a la
formación de excelentes oradores, conferencistas o expositores, que encanten a
las masas con discursos prefabricados como hacen los políticos con su oratoria,
que a la formación de verdaderos cristianos?
El espiritista respeta la política, pero ya
no politiza su conducta, ni dentro ni fuera de su Centro Espírita.
Se Prohíben las Controversias Religiosas.
Hoy sabemos que “religión”, desde un punto de
vista humano, es un sistema cultural de comportamientos y prácticas,
cosmovisiones, ética y organización social que relaciona la humanidad a una
categoría existencial, que va más allá de lo humano. Es relacionada a un
sistema igualmente ritualístico, jerarquizado, de preferencias, de dogmas y de
imposiciones. Hoy entendemos que las instituciones religiosas han hecho daño, y
que su función consoladora no es realizada convenientemente.
Cuantos de nuestros comportamientos en
nuestras instituciones espíritas se asemejan a comportamientos de ritualismos
religiosos de antaño?
La jerarquización organizativa y legal de
funcionamiento estructural de las sociedades o grupos espíritas se han
entendido como jerarquizaciones eclesiásticas?
Las discusiones sanas para profundizar puntos
de vista doctrinarios han desaparecido de nuestros Centros Espíritas para
evitar la supuesta desarmonización de los ambientes, cuando en realidad son
reminiscencias inconscientes de expresiones eclesiásticas, al querer imponer las
interpretaciones de aquellos autorizados de transmitir la verdad?.
No habremos reemplazado las iniciaciones de
elegidos y escuelas eclesiásticas, por las escuelas de médiums, de
trabajadores, donde los tiempos y plazos fijos prevalecen por encima de las
cualidades morales y la disposición por el servicio?.
Será que los Centros Espíritas hoy son
tratados más como iglesias que como lugares de estudio y de formación moral,
donde se reemplazó el agua bendita por la fluidificada, la bendición por el
pase, el exorcismo por la desobsesión, la confesión por la atención fraternal?
Se Prohíben las Cuestiones de Economía
Social.
Si un Centro Espírita no tiene el suficiente
número de adeptos convencidos para sostener sus gastos normales con sus aportes
desinteresados y voluntarios, es mejor que cierre sus puertas y no mercadear
con las cosas espirituales. Es mejor adecuar las instalaciones con sencillez
que definir un sistema de captación económica que desvirtúen los principios
doctrinarios. Una vez vi en un Centro Espírita que después de finalizar la
charla y antes del Pase, un dirigente pasaba una bolsa puesto por puesto para
que cada quien aportara una “limosna”.
La economía social o llamada también del
Tercer Sector, está en medio (por decirlo así) entre la economía del sector
privado o capitalista y la del sector público. Si bien los Centros Espíritas
adquieren vida jurídica con denominaciones del sector social o solidario (como
por ejemplo Asociaciones) éstas no deben participar en el mercado convencional
de éste sector de la economía, y mucho menos permitirse el mercadeo de las
cosas de la doctrina.
Cuántas veces hemos dado prioridad a la
captación de recursos económicos para la Casa Espírita cobrando por actividades
doctrinarias, cuando la prioridad debería ser la divulgación y el consuelo?
Acaso ésta no es una forma de mercadear con las cosas de la espiritualidad?.
Cuántas veces hemos convertido los eventos
públicos del Espiritismo en pasarelas de la vanidad y del buen vestir?
Nos hemos preguntado, cuántas personas
deseosas de escuchar una conferencia esclarecedora no han podido entrar a los sitios
exclusivos por falta del recurso económico para pagar la entrada? Acaso las
“verdades del reino de Dios” son elaboradas por los hombres? Acaso la propuesta
del Evangelio, “dad de gratis lo que de gratis recibís”, se aplica solo a la
mediumnidad?
Será que el Espiritismo lo hemos elitizado
(relativo a lo élite) suponiendo que así lo estamos subiendo de categoría,
mientras que nuestra categoría espiritual sigue estancada, y mientras más
necesitados se quedan por fuera de los Centros Espíritas?. Será que estamos
confundiendo el discurso espírita con el trabajo espírita?.
Cuántas veces hemos visto en los
frecuentadores de los Centros Espíritas una clientela potencial para los
negocios de moda?
Cuántas veces hemos supuesto que los Centros
Espíritas deben manejarse como une empresa?
Mi querido amigo, que será lo que quería
dejarnos entrever Kardec con estas tres prohibiciones para los Centros
Espíritas?:
…Están prohibidas en ella las cuestiones
políticas, las de controversia religiosa y las de economía social.
Será que no solo contrevertimos, si no que
adoptamos sutiles comportamientos de políticos, religiosos o empresarios, más
que de verdaderos cristianos?
UBALDO RODRÍGUEZ DE ÁVILA